El ágata rosa, una variante de esta gema reconocida por su tonalidad rosa, textura fina y patrones de bandas dinámicas, presenta una singularidad estética. Estas bandas, con variaciones en grosor e intensidad, forman atractivos remolinos y franjas de color que confieren a la piedra su distintivo encanto. Además, sus tonalidades rosadas, que abarcan desde los pasteles hasta los tonos más intensos, son atribuidas a la presencia de oligoelementos como el hierro y el manganeso.
Con una dureza que oscila entre 6,5 y 7 en la escala de Mohs, esta piedra es reconocida por sus propiedades emocionales y espirituales. Se cree que el ágata rosa está asociada con el amor, la compasión y la curación emocional, irradiando una energía suave que fomenta la calma y la autoaceptación. Además, se dice que potencia la creatividad y la inspiración.
Para aquellos nacidos en mayo, el ágata rosa se presenta como su piedra natal, agregando un significado adicional a esta gema única.