Cada gema tiene su encanto único, mostrando una belleza singular que captura la atención de quien la observa. Sin embargo, entre todas, hay unas pocas que destacan por su extraordinaria capacidad para cambiar de color o presentar una sorprendente bicoloración. Estas gemas son auténticas maravillas científicas que despiertan la curiosidad con su diversidad cromática.
En este artículo, exploraremos en detalle estas fascinantes piedras preciosas: cómo adquieren sus tonalidades y qué variedades son las más destacadas para buscar y admirar.
Piedras preciosas bicolores
Las gemas bicolores son conocidas por exhibir una variedad de tonos, mostrando dos o más colores distintos en su composición. Este fenómeno de múltiples colores se origina durante el proceso de formación de la gema, donde factores como la exposición a diferentes gases y niveles de calor en distintos momentos juegan un papel crucial. Estos cambios químicos resultan en la manifestación de colores diversos en distintas áreas de la misma piedra preciosa.
Por ejemplo, la ametrina es un claro ejemplo de una gema bicolor que presenta tonos púrpura y amarillo/naranja, típicos de la amatista y el citrino, respectivamente. En ocasiones, estos colores se distribuyen en la piedra con una línea casi definida donde se produce el cambio de un color a otro. Sin embargo, no todas las gemas bicolores siguen este patrón. Algunas muestran una transición más gradual entre los colores, creando un efecto sombrío o presentando manchas de colores en toda la piedra. El topacio imperial y ciertos zafiros bicolores, como el Montana Sapphire, son ejemplos destacados de estas fascinantes combinaciones cromáticas.
- La turmalina tiene la mayor cantidad de opciones disponibles para piedras bicolor. Hay infinitas posibilidades de cómo se combinan en una sola piedra con opciones de color en azul, verde azulado, verde, amarillo, rosa, naranja, morado y rojo con muchos tonos de cada color.
- La tanzanita, derivada del mineral zoisita, viene en una variedad de combinaciones de colores, como azul/verde, azul/púrpura, azul/verde/púrpura y verde/púrpura.
- La ametrina, una piedra preciosa de cuarzo mencionada anteriormente, viene en una combinación bicolor púrpura/amarillo.
- El zafiro, un miembro de la familia del corindón, viene en casi todos los colores imaginables con una variedad de combinaciones de colores.
- El topacio imperial exhibe los tonos amarillo/naranja/rosa/rojo más cálidos.
Piedras preciosas que cambian de color
Existe un fenómeno intrigante en el mundo de las gemas: las piedras preciosas que experimentan cambios de color. Estas gemas poseen la capacidad de mostrar una variedad de colores bajo distintas fuentes de luz. La explicación física detrás de este fenómeno resulta fascinante. Cada fuente de luz tiene una longitud de onda única que interactúa de manera distinta con el material, lo que provoca una absorción de colores diferente. Por ejemplo, las gemas pueden parecer de un tono específico bajo la luz natural, como la solar, pero exhibir un color diferente cuando se iluminan con luz artificial, como la de velas, incandescente o fluorescente.
- La Alejandrita es la piedra más icónica que te viene a la mente cuando piensas en piedras preciosas que cambian de color. Miembro de la familia del crisoberilo, la alejandrita cambia de verde/verde azulado a rojo/púrpura cuando se expone a cada fuente de luz diferente.
- El zafiro tiene varios colores, pero el zafiro violeta es particularmente conocido por sus propiedades de cambio de color. Esta forma específica de zafiro puede cambiar de violeta a azul violeta.
- El granate, que es una forma de piropo almandino, puede cambiar de púrpura/rojo a naranja/marrón con cierta iluminación.